¿Te fascina el Anthurium? Aunque al principio no te llame la atención, a medida que exploras sus diversas variedades, es probable que te enamores de este género botánico. Sin embargo, cuando sus hojas adquieren un tono marrón, es normal que te preocupes. ¡Tranquilízate! A continuación, descubrirás por qué el anturio puede presentar este problema y qué medidas debes tomar para devolverle su belleza natural.
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Evita la luz solar directa
Los anturios no toleran la luz solar directa. Aunque necesitan abundante luz, sus hojas no están diseñadas para resistir los rayos solares intensos ni los que atraviesan las ventanas. Estas plantas viven a la sombra de árboles, palmeras y enredaderas en su hábitat natural. Si notas manchas amarillas o marrones en las hojas más expuestas a la luz, es posible que tu anturio se esté quemando. ¡Muévelo a una ubicación más adecuada!
Cuida la tierra y el agua
El anturio es una planta de fácil cultivo, pero si se planta en una tierra inadecuada o se riega con agua de mala calidad, su salud puede deteriorarse rápidamente. Estas plantas necesitan un pH ácido, entre 4 y 6, para crecer correctamente. Si se plantan en tierra neutra o alcalina o se riegan con agua alcalina, las hojas se volverán marrones con el tiempo. Para evitar esto, es fundamental utilizar tierra ácida que contenga turba rubia o fibra de coco. También puedes adquirir sustrato específico para plantas ácidas. Lo ideal es regar con agua de lluvia o agua con un pH entre 4 y 6.
Si las hojas presentan decoloración amarillenta, seguida de tonos marrones desde los bordes hacia el centro, es posible que haya carencia de hierro. En este caso, aplica un abono foliar en spray para plantas verdes.
Dale suficiente espacio
A menudo, subestimamos la importancia de darles espacio a nuestras plantas. Compramos una maceta y la dejamos ahí durante años, sin considerar que puede quedarse sin espacio para crecer. Si las hojas se vuelven marrones sin una razón aparente, puede indicar que tu anturio necesita un trasplante. No solo debes trasplantarlo cuando las raíces sobresalgan por los agujeros de la maceta, sino también cuando parezca que la maceta se está quedando pequeña. Trasplántalo a una maceta con agujeros en la base y utiliza sustrato ácido o fibra de coco.
Controla el riego
Tanto el exceso como la falta de agua pueden hacer que las hojas del anturio se vuelvan marrones. En caso de exceso de riego, las hojas empezarán a amarillear y luego se volverán marrones, especialmente las inferiores. Además, la tierra estará húmeda y pesada, y podrían aparecer moho o verdín. En este caso, aplica un fungicida sistémico en spray y transfiere tu anturio a una maceta con tierra nueva. No deshagas el cepellón, pero elimina la tierra suelta y espera de 3 a 4 días antes de regar nuevamente.
Si el anturio sufre de falta de agua, las hojas nuevas se volverán amarillas y luego marrones. La tierra estará seca y la maceta será liviana. Para solucionarlo, sumerge la maceta en agua durante unos 30 minutos y a partir de ese momento, riega con más frecuencia.
En cuanto a la frecuencia de riego, se recomienda regar el anturio hasta tres veces por semana en verano y entre una y dos veces por semana durante el resto del año.
Proporciona nutrientes con abono
El anturio necesita nutrientes para crecer y producir flores. Si pasa mucho tiempo en la misma maceta, las hojas se vuelven marrones. Además de asegurarte de que la planta tenga suficiente espacio, debes abonarla durante la primavera y hasta finales del verano. Puedes utilizar un abono líquido para plantas ácidas, siguiendo las indicaciones de uso para evitar una sobredosis.
¿Te han sido útiles estos consejos? Esperamos que tu anturio recupere su esplendor pronto.
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