Fascitis plantar: Mucho más que una simple inflamación

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La fascitis plantar es una de las condiciones médicas más mal diagnosticadas en la práctica clínica. Muchos pacientes se ven atrapados en un ciclo interminable de tratamientos, incluyendo infiltraciones con corticoides, sin obtener resultados. Pero, ¿qué pasa realmente? Es posible que nos enfrentemos a un error de diagnóstico desde el principio y que la fascitis plantar no sea la causa de nuestro dolor. Entonces, ¿qué puede estar ocurriendo?

Descartando la fascitis plantar: Observa tus tobillos…

Ante la presencia de una fascitis plantar, es fundamental examinar detenidamente los tobillos del paciente. Si observamos una inclinación hacia adentro, conocida como VALGO de tobillo, podemos empezar a sospechar del diagnóstico de fascitis plantar. En ocasiones, la causa de nuestro dolor puede no ser la fascia plantar, sino otras estructuras ubicadas detrás del maléolo interno, como el músculo tibial posterior y el nervio tibial.

¿Entonces, si no es fascitis plantar, qué puede ser?

Si tras una reevaluación de los signos y síntomas descartamos la fascitis plantar, es importante buscar el verdadero diagnóstico. A continuación, te presentaré algunos posibles escenarios:

Síndrome del túnel tarsiano

La inclinación del tobillo puede reducir el espacio por donde pasa el nervio tibial, ocasionando compresión y dolor irradiado hacia la planta del pie. Este dolor puede confundirse fácilmente con la fascitis plantar. Por medio de una prueba sencilla, podemos percutir varias veces detrás del maléolo para comprobar si el dolor aumenta, lo cual nos ayudará a descartar o confirmar este diagnóstico.

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Tenosinovitis o peritendinitis del tibial posterior

Debido a la reducción del espacio y a la torsión del tobillo, se produce un roce entre la vaina que rodea el tendón del tibial posterior, generando una lesión e inflamación. Esta condición puede causar dolor referido en el puente y la planta del pie, lo cual puede confundirse fácilmente con la fascitis plantar. Frotar firmemente la parte interna de la tibia nos ayudará a identificar si este es el origen del dolor.

Tendinitis de inserción del tibial posterior

El tendón del tibial posterior se inserta en la parte inferior del hueso navicular, ubicado en el puente del pie. En casos de VALGO de tobillo, el puente tiende a bajar, lo que puede causar dolor en esta inserción. Además, esta área tiende a calcificarse, por lo que es importante consultar a un podólogo en casos de VALGO de tobillo para evitar complicaciones. Si sospechamos de una fascitis, debemos buscar puntos dolorosos en el puente del pie para descartar esta tendinitis.

Te animo a seguir estos pasos antes de comenzar a tratar la supuesta fascitis plantar con estiramientos o aplicando hielo. También recomiendo considerar la incorporación de ejercicios correctivos en casos de tobillos VALGOS, así como acudir a un podólogo, ya que estas lesiones pueden afectar no solo al tobillo, sino también a la rodilla, cadera y columna vertebral.

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Conclusiones

La fascitis plantar puede ser una de las explicaciones más comunes para el dolor en la planta del pie, pero no siempre es la causa real. Es esencial considerar otros diagnósticos y descartarlos adecuadamente antes de iniciar cualquier tratamiento. Recuerda que una buena observación de tus articulaciones y una evaluación precisa pueden ayudarte a evitar problemas a largo plazo.

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Si deseas obtener más información sobre este tema, te invito a visitar Una Planta, donde encontrarás recursos adicionales sobre lesiones y cuidado de tus pies.

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