La citronela, también conocida como hierba limón, caña santa o lemongrass, es una planta herbácea muy conocida por su capacidad para repeler mosquitos. Sin embargo, en España, es más famosa por sus propiedades culinarias presentes en la cocina asiática. Aunque antes era difícil de encontrar, ahora se puede conseguir en algunos supermercados como Makro, El Corte Inglés o en tiendas asiáticas. El sabor de la citronela combina perfectamente con la cocina española, por lo que merece la pena probarla. ¡Atrévete y adquiere un poco de citronela!
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Perdiendo el miedo a la citronela
Aquí tienes algunas cosas que debes saber sobre esta planta:
- El precio de la citronela oscila entre los 18 y 20€ por kilo. Ten en cuenta que un kilo es una cantidad excesiva, pero un paquete de 12-15€ es más común.
- Las capas exteriores de cada tallo son más fibrosas y desagradables al morderlas, por lo que se suelen desechar. Sin embargo, pueden usarse para aportar matices en algunos platos.
- El sabor de la citronela es cítrico, pero sobre todo es muy aromático. Tiene un aroma similar al del limón, pero sin su acidez característica.
¿Cómo se utiliza la citronela?
En crudo:
Si picas la citronela finamente, puedes añadirla a cualquier preparación o ensalada como si fuera cilantro, perejil o hierbabuena. Aportará interesantes matices, aunque no dará tanto color como otras hierbas.
Para sopas:
Si quieres utilizarla en sopas, aplasta los tallos antes de cortarlos para que liberen todo su potencial. La citronela aportará un toque fresco y original a cualquier caldo o sopa, algo poco común en nuestra cultura, donde las sopas suelen ser más pesadas.
Para macerados:
Un ejemplo delicioso es marinar una pechuga de pollo con unas ramas finamente picadas de citronela, cilantro y salsa de soja hasta cubrirla. Esta combinación le dará un sabor especiado y fresco que se adapta perfectamente a los woks.
Para aromatizar aceites:
Si tienes citronela en exceso o quieres aprovechar las hojas más fibrosas, puedes aromatizar aceite de girasol de dos maneras:
- Introduce el aceite y los tallos de citronela en un biberón u otro recipiente, asegurándote de que la citronela esté completamente sumergida.
- Una forma más rápida es confitar la citronela en el aceite a baja temperatura. Después de unos 20 minutos, el aceite se habrá impregnado con el sabor deseado. En este caso, puedes retirar las hojas más secas, ya que no aportarán más sabor.
En salteados:
Cortada en juliana o escalopadas, la citronela puede añadir un toque curioso y original a revueltos, woks o salteados de verduras.
En salsas:
Si picas la citronela y la añades a una mayonesa, un curry o una salsa de tomate, obtendrás un resultado totalmente nuevo y delicioso.
Como sustituto del limón:
La citronela puede sustituir al limón en muchas recetas. Por ejemplo, puedes usarla en un pollo asado con limón u otras preparaciones que requieran el toque cítrico característico del limón.
¿Qué hacer si no encuentras citronela?
Si no consigues encontrar citronela, hay formas de sustituirla. Una alternativa bastante buena es mezclar la ralladura de un limón con una cucharadita de jengibre exprimido. Para exprimir el jengibre, rállalo primero y luego exprime el líquido utilizando tus manos, descartando las fibras. Este truco, aprendido en un curso de Nerea Zorokiain, es excelente, ya que las fibras del jengibre pueden resultar desagradables al comer.
Propuesta de receta con citronela:
Ingredientes:
- 3 tallos de citronela.
- 3 ramas de cilantro.
- 400g de pechuga de pollo.
- Salsa de soja suficiente para cubrir el pollo.
- 1 brócoli.
- 1 pimiento verde pequeño.
- Media cebolla.
- Aproximadamente 60g de lombarda.
Elaboración:
- Marinar el pollo a dados o en tiras con la citronela y el cilantro picado finamente, añadiendo suficiente salsa de soja para cubrirlo. Dejar marinar durante al menos 30 minutos, pero si es posible, remover el exceso de soja después de 4 horas.
- Escaldar el brócoli cortado en trozos del tamaño deseado para intensificar su color verde y cocerlo ligeramente, evitando que quede demasiado duro por dentro.
- Cortar finamente el resto de las verduras y saltearlas en una sartén a fuego alto con una cantidad reducida para evitar que se cocinen en exceso.
- Añadir el brócoli y el pollo al salteado.
- Servir con un poco de cilantro picado por encima, si se desea.
¡Y voilà! Ahí tienes el resultado de nuestro wok favorito (ya no lo hacemos de otra forma). Por supuesto, puedes añadir los ingredientes que desees. Por mi parte, suelo aprovechar los productos que tengo en la nevera, aunque recomiendo que las verduras estén frescas para obtener un resultado crujiente. Si compraste lombarda para esta receta y no sabes qué más hacer con ella, echa un vistazo a esta entrada.
¡Como siempre, si tienes alguna duda o quieres compartir alguna aportación interesante, déjame un comentario! Estaré atento 👀.