Buganvillas

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La belleza exótica y vibrante de las buganvillas hace que sean una elección perfecta para cualquier espacio exterior. Estas plantas trepadoras tienen su origen en Sudamérica, en concreto en Brasil, y su nombre rinde homenaje a Louis Antoine De Bougainville, un famoso explorador, militar y naturalista que las introdujo en Europa.

Hay dos especies principales de buganvillas: la Bouganvillea spectabilis y la Bouganvillea glabra. Sin embargo, existen numerosas variedades que se diferencian en los hermosos colores de sus brácteas, que pueden ser rojas, rosas, fucsias, violetas, amarillas, naranjas, entre otros. Así que, ¡solo tienes que escoger la que más te guste!

Una de las ventajas más destacables de estas plantas es su capacidad trepadora, lo que te permite darles forma y guiarlas hacia donde desees. Pueden enredarse en verjas, trepar por las fachadas de las casas o incluso abrazar arbustos. Además, su crecimiento rápido te permitirá cubrir una gran superficie en poco tiempo.

Las condiciones ideales para las buganvillas

Las buganvillas son amantes del buen tiempo y prosperan en climas templados o cálidos, lo que explica por qué las asociamos con el verano y el calor. Aunque estas plantas son resistentes, es importante tener en cuenta que no toleran temperaturas extremadamente frías o heladas constantes. Dependiendo de las condiciones climáticas locales, florecerán durante más o menos tiempo. De hecho, es posible ver buganvillas en flor incluso durante el invierno en algunas ocasiones.

Si cultivas buganvillas en macetas y el clima es especialmente frío, es recomendable protegerlas en el interior de tu hogar. Si las tienes plantadas directamente en el suelo, puedes protegerlas del frío utilizando una manta térmica de jardinería durante todo el invierno. Estas plantas también prefieren ambientes húmedos, por eso son comunes en zonas costeras donde la humedad es mayor.

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La luz es un factor crucial para la supervivencia de las buganvillas. Necesitan una exposición máxima al sol directo y deben estar orientadas adecuadamente para recibir suficiente luz solar. De lo contrario, las hojas pueden caer prematuramente e incluso es posible que no florezcan.

En cuanto al riego, debes evitar el exceso de agua. Si las buganvillas están plantadas en el suelo, necesitan muy poca agua. Si están en macetas, necesitarán un poco más, pero no exageradamente. Lo importante es no descuidar el riego. Durante el invierno, puedes regarlas una vez a la semana, y durante el verano, dos o tres veces por semana.

En cuanto al suelo, estas plantas no son muy exigentes y pueden adaptarse a suelos pobres. Son tolerantes a los suelos calizos. Sin embargo, es fundamental asegurarse de que haya un buen drenaje. Durante la floración, es recomendable utilizar un abono completo rico en fósforo y micronutrientes cada 15 días. Es importante destacar que las buganvillas pueden tener hasta tres fases de floración: en otoño, en primavera y en verano.

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La poda y los cuidados necesarios

La poda de las buganvillas puede realizarse periódicamente mientras crecen y trepan, permitiendo controlar su tamaño o redirigir su crecimiento. La mejor época para podarlas es a finales del invierno o principios de la primavera, es decir, en marzo y abril. Es fundamental realizar la poda antes de que comience la etapa de crecimiento de las buganvillas. Aquí tienes algunas recomendaciones:

  • Al comienzo de la temporada, puedes eliminar los tallos laterales más jóvenes en la línea de crecimiento de la planta.
  • Si la buganvilla es de edad avanzada, puedes aplicar una poda profunda o de rejuvenecimiento.
  • Si cortas los tallos laterales a la mitad de su tamaño durante el invierno, crecerán vigorosamente durante la etapa de crecimiento.
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La buganvilla es una flor peculiar y hermosa que, a pesar de su reputación de delicada, es resistente y deslumbra con cuidados básicos. Sin embargo, debes tener cuidado con las plagas y enfermedades a las que son más vulnerables. La mosca blanca, la araña roja y el pulgón son algunos de los insectos que pueden afectar a las buganvillas.

La buganvilla en maceta

Hasta ahora, hemos hablado de las buganvillas plantadas en el suelo, pero también son una opción encantadora para macetas. Si vives en un clima frío, proteger estas plantas en el interior de tu hogar es una excelente idea. Por supuesto, en macetas no alcanzarán las mismas dimensiones que en el suelo, pero serán perfectas para decorar tu sala de estar o una terraza cubierta. Aquí tienes algunos consejos:

  • El ambiente de tu casa es ideal para mantener estas plantas, pero debes tener en cuenta la ubicación. Si deseas que florezcan, colócalas orientadas hacia el sur para que reciban luz solar directa.
  • El sustrato de la maceta debe tener un buen drenaje.
  • En verano, riega las buganvillas dos o tres veces por semana, y en invierno, una vez a la semana, aproximadamente.

No podrás resistirte a tener una planta de buganvilla en tu jardín, fachada o maceta. ¡Su belleza te cautivará! Recuerda visitar Una Planta para descubrir más información sobre estas fascinantes plantas.

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