¡Volvamos a hablar de aromáticas! Hoy nos sumergiremos en el apasionante mundo de la lavanda: cómo plantarla en casa o en el huerto, cuándo hacerlo, dónde colocarla y por qué es una adición esencial para cualquier espacio verde. En estos días también aprenderemos a reproducir orégano a través de divisiones de matas, una forma efectiva de ampliar nuestra disponibilidad de este cultivo. Hace un tiempo, también exploramos la importancia de plantar tomillo y romero en el huerto. Pero ahora es el momento de enfocarnos en la lavanda.
La lavanda es mucho más que una simple planta aromática. A pesar de que algunos puedan dudarlo o no le den la importancia que se merece, en realidad, es un componente fundamental para cualquier huerto. Aunque no produzca frutos comestibles, nos brinda numerosos beneficios, como la posibilidad de preparar medicinas y platos deliciosos. Además, su presencia en el huerto ayuda a aumentar la producción y a mantener un entorno saludable y natural.
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Plantar lavanda: ¿Cómo hacerlo?
El proceso de plantar lavanda es relativamente sencillo cuando ya tenemos una planta de unos 15 centímetros en una maceta. Sin embargo, también podemos optar por sembrarla desde cero. Veamos los detalles.
Cuándo plantar lavanda
El momento ideal para plantar lavanda varía según el clima. En las zonas más cálidas, se recomienda hacerlo a mediados de otoño, mientras que en las zonas más templadas o frías, es mejor hacerlo entre finales de otoño y principios de primavera.
Dónde plantar lavanda
La lavanda se adapta a casi cualquier tipo de suelo, pero es mejor plantarla en un suelo ligero y bien drenado. Aunque no requiere mucha materia orgánica, es recomendable añadir un abono de fondo, ya sea compost, humus de lombriz o cualquier otro abono natural que mejore la calidad del suelo.
Una vez hayamos elegido el lugar perfecto, que cuente con las características de suelo adecuadas y esté expuesto al sol directo (ya que a la lavanda le encanta), debemos hacer un agujero un poco más grande que la base de la maceta.
Cómo plantar lavanda
El proceso consiste en sacar la lavanda de la maceta y romper ligeramente las raíces para que se adapten mejor al nuevo suelo. Romper la parte inferior de las raíces ayuda a estimular el crecimiento de nuevas raíces.
Reproducción por esquejes
Una forma efectiva de reproducir lavanda es a través de esquejes. Cortamos tallos de aproximadamente 10 centímetros y los plantamos en macetas. También podemos utilizar un enraizante de aloe vera para acelerar y mejorar el proceso de enraizamiento.
Cómo y cuándo sembrar lavanda
Si preferimos seguir todo el proceso desde cero, debemos hacer un semillero de lavanda. En este vídeo, explico detalladamente cómo llevarlo a cabo de manera efectiva. Este consejo es válido tanto para la lavanda como para muchas otras plantas aromáticas.
Esta serie de artículos sobre plantas aromáticas es fundamental para dar a conocer su importancia y encontrarles un lugar en nuestros espacios. Personalmente, solía pensar que no tenía sentido dedicar espacio a plantas que no produce frutos, ¡pero estaba muy equivocado!
Datos adicionales sobre la plantación de lavanda
Aquí hay más información que no pude incluir en el vídeo o que les puede resultar útil.
Descripción
La Lavandula officinalis es una planta valiosa conocida desde la época romana por sus numerosas aplicaciones, como perfume, belleza y cuidado personal. Es un pequeño arbusto perenne con hojas estrechas de color verde grisáceo y flores azul violeta en espigas que florecen en verano. Además de embellecer nuestro entorno, la lavanda perfuma el ambiente y se puede utilizar como borde a ambos lados de un camino, por ejemplo.
Tipo de suelo
La lavanda es una especie rústica que se adapta a diferentes tipos de suelo. Sin embargo, prefiere suelos ligeros, arenosos y con un contenido medio de materia orgánica. Como mencionamos anteriormente, un buen drenaje es esencial para evitar encharcamientos que puedan dañar las raíces.
Riego
La lavanda necesita riegos frecuentes pero sin llegar a encharcar el suelo. Esta planta soporta bien los periodos de sequía típicos del clima mediterráneo. Un riego semanal es suficiente para satisfacer sus necesidades.
Clima
La lavanda prefiere climas templados, donde los inviernos y veranos no sean demasiado rigurosos. Sin embargo, puede adaptarse a una amplia variedad de condiciones climáticas y tipos de suelo, siempre que no sean demasiado ácidos y que haya abundante luz solar. Además, no tolera la humedad excesiva en el suelo.
Reproducción
Es recomendable sembrar lavanda a partir de semillas en primavera. En zonas templadas con inviernos y veranos suaves, podemos sembrarla prácticamente durante todo el año. Para reproducirla a través de esquejes, cortamos trozos de unos 10 cm de tallos de primer año en verano y los sembramos directamente en macetas. El enraizante de lentejas puede ser de gran ayuda en este proceso.
Cuidados, podas y enfermedades
La lavanda es resistente a los inviernos fríos y las heladas, aunque temperaturas extremadamente bajas pueden afectar su rendimiento. No suele sufrir muchas enfermedades, pero la humedad excesiva puede ser perjudicial. Podarla a principios de marzo o finales del invierno preparará la planta para la primavera. Por último, cabe mencionar que la lavanda es un excelente repelente de hormigas y tiene muchos otros usos orgánicos que les iré compartiendo. Podéis conseguir una planta aquí o semillas para sembrar.
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Recuerda, una planta de lavanda puede transformar tu huerto en un mar de aromas y beneficios. ¡No dudes en plantarla y disfrutar de sus maravillas!
Una Planta