El Ceibo: La Flor Nacional Argentina

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El ceibo, también conocido como seibo, seíbo o bucaré, es una especie característica de los bosques en galería de América, específicamente de Argentina, Uruguay, Brasil y Paraguay. Este árbol crece en las orillas del Paraná y el Río de la Plata, así como en zonas cercanas a ríos, lagos y pantanos. Su madera blanca amarillenta y suave se utiliza para fabricar artículos de poco peso, mientras que sus grandes flores rojas se aprovechan para teñir telas y también tienen un valor ornamental, lo que explica por qué se cultivan en parques y plazas.

La Información Botánica

La denominación científica del ceibo es Erythrina crista-galli. Su nombre genérico, Erythrina, proviene del griego «erythros», que significa rojo, en referencia al color de sus flores. Por otro lado, su nombre específico, crista-galli, en latín, alude a la cresta del gallo, haciendo referencia a la apariencia de las flores. Este árbol puede alcanzar una altura de 6 a 10 metros. Tiene un tronco retorcido y poco desarrollado, con una corteza de color pardo grisáceo, gruesa y rugosa. Las flores aparecen entre octubre y abril en forma de racimos.

Fotografía de flor del ceibo.
La denominación genérica de la planta alude al color rojo de la flor.

La Leyenda del Ceibo

La tradición oral cuenta la historia de Anahí, una indiecita que vivía en las orillas del Paraná. Ella deleitaba a su tribu guaraní con canciones inspiradas en sus dioses y el amor por la tierra que les pertenecía. Sin embargo, llegaron los invasores, quienes arrebataron las tierras, los ídolos y la libertad de las tribus. Anahí y otros indígenas fueron llevados cautivos. Pasó muchos días llorando y noches en vigilia hasta que un día, aprovechando que su centinela se quedó dormido, logró escapar. Para lograrlo, tuvo que apuñalar al guardián y huir rápidamente hacia la selva.

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Fotografía de río con ceibo en sus orillas.
Crece en las riberas del Paraná y del Río de la Plata, aunque se la puede encontrar también en zonas húmedas.

El grito del carcelero moribundo despertó a los demás españoles, quienes iniciaron una persecución que se convirtió en una cacería. Pronto alcanzaron a Anahí y, en venganza por la muerte del guardián, la condenaron a morir en la hoguera. La ataron a un árbol y encendieron el fuego, pero sorprendentemente, las llamas parecían evitarla. La doncella indígena, en silencio y con la cabeza inclinada, sufría en silencio. Conforme el fuego subía, Anahí se fue convirtiendo en un árbol, un milagro asombroso.

Al amanecer, los soldados se encontraron con un hermoso árbol de hojas verdes relucientes y flores rojas aterciopeladas en todo su esplendor, un símbolo de valentía y fortaleza en medio del sufrimiento.

El Ceibo como Flor Nacional Argentina

La flor de ceibo fue declarada Flor Nacional Argentina el 22 de diciembre de 1942, mediante el Decreto Nº 13.847. Previamente, se había considerado a la magnolia como opción, pero finalmente se descartó por ser una especie exótica no autóctona de Argentina.

Fuente: Cancillería Argentina.

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