Las semillas híbridas han sido un avance significativo en el aumento de rendimientos y calidad de importantes cultivos. Pero, ¿qué tan fácil es obtener un híbrido? Hoy te contaré cómo se logra este proceso de forma sencilla y comprensible.
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Genes y reproducción: la clave del fitomejoramiento
Antes de adentrarnos en cómo se crea un híbrido, es fundamental entender los conceptos básicos. Todos los seres vivos estamos compuestos por células que contienen ADN en su núcleo. Este ADN está formado por genes, los cuales son responsables de características específicas en las plantas, como el color de las semillas o su resistencia a enfermedades.
Los genes se heredan de padres a hijos y son estudiados por la genética para el fitomejoramiento. Este proceso busca obtener variedades de cultivos que cumplan con los requisitos de agricultores y consumidores, produciendo alimentos de calidad de manera sustentable.
La importancia de la reproducción cruzada en el fitomejoramiento
En el fitomejoramiento, se considera el sistema de reproducción de cada especie. En este artículo, nos enfocaremos en las especies alógamas, como el maíz o el girasol, donde la producción de híbridos es de vital importancia.
La heterosis, también conocida como vigor híbrido, es clave en el mejoramiento genético del maíz. Este fenómeno implica que la descendencia de los híbridos es genéticamente superior al promedio de los padres. De esta manera, se logra que «el discípulo supere al maestro». Gracias a la heterosis y a las buenas prácticas agronómicas, se ha logrado un aumento del 70% en los rendimientos de maíz.
El proceso de obtención de híbridos
La obtención de híbridos consta de dos fases principales:
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Creación de líneas puras: En esta etapa, se realizan múltiples autofecundaciones para obtener líneas puras que presenten las características deseadas. Sin embargo, estas líneas son más frágiles y difíciles de cultivar que los híbridos.
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Cruzamiento de líneas: Una vez obtenidas las líneas puras, se procede al cruzamiento para crear los híbridos. En este proceso, se castran las flores de la línea femenina, permitiendo que sean polinizadas por la línea masculina seleccionada como progenitor. Este cruce da lugar a los híbridos deseados.
Del campo al mercado: el proceso de selección
Los híbridos resultantes del cruzamiento de líneas pueden ser híbridos simples, de tres líneas o dobles, dependiendo de los cruces realizados. Estos híbridos son sometidos a ensayos de campo en diferentes ubicaciones durante varias temporadas para determinar cuáles serán comercializados. Solo menos del 1% de los híbridos probados llegan a ser comerciales.
Una vez obtenidos los híbridos comerciales, es necesario inscribirlos en el Registro Nacional de Cultivares del Instituto Nacional de Semillas (INASE) para poder comercializarlos en todo el territorio argentino. Si el obtentor de la semilla desea tener derechos exclusivos sobre su variedad mejorada, también debe inscribirse en el Registro Nacional de Propiedad de Cultivares, que otorga los derechos de obtentor por 20 años.
La importancia de adquirir semillas cada temporada
Debido a la esencia de la heterosis y al vigor que se produce al cruzar padres genéticamente distintos, los productores deben adquirir semillas híbridas cada temporada. Si siembran el grano cosechado, la heterosis disminuirá, lo que afectará la uniformidad, rendimiento y calidad del cultivo.
El fitomejoramiento y la creación de híbridos son procesos fundamentales para garantizar una agricultura sustentable y el suministro de alimentos de calidad. A través de la combinación de conocimientos genéticos y prácticas agronómicas adecuadas, se pueden obtener variedades de cultivos que satisfagan las necesidades de agricultores y consumidores.
¡Recuerda que conocer más sobre estos procesos es esencial para valorar el trabajo de los fitomejoradores y entender el origen de los alimentos que disfrutamos!
Bibliografía:
- ArgenBio-ASA-CASAFE (2014) Tecnologías para una agricultura sustentable.
- Malacarne, M.F y F. San Vicente (2003) Patrones heteróticos de líneas tropicales blancas de maíz. Agronomía Tropical 53(4): 437-456.