Cómo hacer tu propio jabón de lavanda: relajación al alcance de tus manos

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¡Bienvenido/a! Hoy te voy a enseñar cómo hacer un jabón casero de lavanda, un producto natural que podrás utilizar para limpiar, cuidar tu piel y, lo más importante, relajarte. Este jabón, hecho con aceite esencial de lavanda y trozos de sus flores, es una excelente alternativa a los jabones perfumados que a veces pueden ser irritantes.

Según un estudio publicado en la revista Evidence-Based Complementary and Alternative Medicine, la lavanda tiene un efecto positivo en nuestro sistema nervioso, lo cual favorece la reducción del estrés y la ansiedad. ¿No te parece maravilloso poder disfrutar de estas propiedades terapéuticas mediante el uso de un jabón? ¡Apunta los pasos a seguir!

Jabón de lavanda: un aliado para relajarte

Aunque no existen estudios científicos específicos sobre los efectos del jabón de lavanda, diversos estudios respaldan sus propiedades relajantes. Por ejemplo, una investigación publicada en el Journal of Alternative and Complementary Medicine determinó que la fragancia de la lavanda ayuda a promover la calma y el bienestar.

Además, según un artículo publicado en Mental Health Clinician, la lavanda tiene propiedades ansiolíticas, lo que significa que contribuye al tratamiento de los trastornos de ansiedad. Por si fuera poco, otros estudios revelan que también tiene efectos positivos en los trastornos del sueño, ayudando a conciliar un sueño profundo y reparador.

Además de todos estos beneficios, el jabón de lavanda también es conocido por hidratar y limpiar la piel, aliviar la inflamación, regular el pH cutáneo y disminuir el acné. Sin embargo, es importante tener en cuenta que el jabón de lavanda y otros productos derivados de esta planta son solo complementos para relajarte. Si padeces trastornos de ansiedad o insomnio, te recomendamos buscar atención profesional.

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Lavanda

¿Cómo hacer tu propio jabón casero de lavanda?

Elaborar tu propio jabón de lavanda en casa no es difícil, pero requiere de algunos cuidados, especialmente al manipular la sosa cáustica. Este ingrediente puede causar irritación en la piel, los ojos y las vías respiratorias, por lo que es importante tomar precauciones. ¡Aquí te explicamos cómo hacerlo!

Ingredientes

  • 210 ml de aceite de oliva o de girasol.
  • 30 g de sosa cáustica.
  • 65 ml de agua destilada.
  • Aceite esencial de lavanda.
  • Flores de lavanda frescas o secas.

Utensilios

  • Un molde con la forma que desees.
  • Gafas, guantes y tapabocas para protegerte al manipular la sosa cáustica.
  • Batidora de mano.
  • Cazuela.
  • Recipiente de cristal.
  • Cuchara de madera para remover.

Elaboración

  1. Primero, prepara el molde y coloca unas cuantas flores de lavanda en él.
  2. A continuación, ponte todos los elementos de protección y añade la sosa cáustica al recipiente con agua. Es importante añadir primero el agua para evitar reacciones peligrosas.
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  4. Deja reposar la mezcla en un lugar ventilado durante unos minutos.
  5. Mientras tanto, pon el aceite a calentar en una cazuela a fuego lento durante unos minutos.
  6. Luego, vierte el aceite en el recipiente con la sosa cáustica y utiliza la batidora de mano para mezclarlo todo.
  7. Cuando la mezcla adquiera la consistencia deseada, añade unas 20 o 30 gotas de aceite esencial de lavanda y más flores al recipiente.
  8. Vierte la mezcla en el molde y cúbrelo con una toalla para retener el calor y permitir que se produzca el proceso de saponificación. Deja que el jabón repose hasta que se enfríe y luego desmóldalo.
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Seguridad

Una receta más fácil

Si prefieres evitar todo el proceso anterior, ¡tenemos una receta alternativa más sencilla que también puedes hacer en casa! Toma nota:

  1. Compra una pastilla de jabón de glicerina de color transparente o claro.
  2. Coloca la pastilla en un recipiente resistente al calor y caliéntala al baño maría hasta que se derrita.
  3. Una vez derretida, añade unas gotas de aceite esencial de lavanda y algunas flores de lavanda al recipiente.
  4. Vierte la mezcla en un molde con la forma que desees y déjalo enfriar.

Recuerda que este jabón casero de lavanda es simplemente un complemento para tu rutina de belleza o para relajarte. No debes considerarlo como un tratamiento médico para problemas de la piel o trastornos de estrés. Si tienes alguna condición relevante, te recomendamos que consultes a un profesional especializado.

¡Espero que disfrutes de tu jabón casero de lavanda y encuentres momentos de relajación y bienestar! Si quieres saber más sobre productos naturales y cuidado personal, visita Una Planta.

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