La gardenia es una de las flores más bellas y elegantes que existen. Sin embargo, su cuidado requiere atención y dedicación. Si nos estamos adentrando en el mundo de la jardinería, puede que sea mejor optar por otras opciones. Aunque lograr que florezca puede ser complicado, el premio de disfrutar de su increíble belleza y su aroma único vale la pena.
La gardenia, a pesar de tener origen chino, ha sido adoptada como una flor propia. No es sorprendente que su nombre nos remita al famoso bolero interpretado por Antonio Machín. Sin embargo, existen muchas canciones que utilizan la gardenia como símbolo romántico y declaración de amor.
Si deseamos disfrutar de uno de los arbustos más hermosos del mundo vegetal, es fundamental conocer los cuidados específicos de la gardenia. Esta planta, que normalmente se cultiva en exteriores, en ciertas latitudes puede requerir cuidados especiales en interiores.
Contents
- 7 Cuidados Esenciales para la Floración de la Gardenia
- 1. El tipo de suelo, crucial para el desarrollo del arbusto
- 2. La cantidad de luz, clave en el cuidado de la gardenia
- 3. La temperatura, fundamental para la supervivencia
- 4. El riego y el tipo de agua, aspectos a vigilar
- 5. El abono, fundamental para su floración
- 6. La poda, dos veces al año
- 7. El control de plagas, un aspecto importante
7 Cuidados Esenciales para la Floración de la Gardenia
No cabe duda de que la flor de la gardenia es su principal atractivo, pero no debemos pasar por alto la belleza de la planta en sí. Las gardenias son arbustos ornamentales de forma redondeada y hojas perennes, que destacan por su intenso y brillante color verde.
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Es fundamental tener en cuenta que el tipo de cuidado de la gardenia puede variar dependiendo de si se cultiva en interior o en exterior. Además, aunque la gardenia puede crecer tanto en macetas como en suelo, su desarrollo será diferente en cada caso. En maceta, su crecimiento no superará los 50 centímetros, mientras que en suelo puede alcanzar los tres metros de altura.
1. El tipo de suelo, crucial para el desarrollo del arbusto
La gardenia es una planta acidófila y requiere de un suelo ácido para crecer adecuadamente. Tanto si la cultivamos en suelo como en maceta, debemos cuidar este aspecto. Un sustrato con un pH en torno a 5 es ideal para su correcto desarrollo. De lo contrario, nuestras plantas pueden sufrir clorosis, una deficiencia de hierro debido al pH incorrecto del sustrato.
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2. La cantidad de luz, clave en el cuidado de la gardenia
La gardenia requiere mucha luz para vivir y florecer. Si la cultivamos en interior, es ideal colocarla cerca de una ventana, evitando que reciba luz solar directa. En cambio, si la tenemos en exterior, debemos buscarle un lugar de semisombra, especialmente si vivimos en un clima cálido. La gardenia no tolera el sol directo y las altas temperaturas del mediodía.
3. La temperatura, fundamental para la supervivencia
Como planta de origen tropical, la gardenia crece y florece mejor en temperaturas cálidas. Sin embargo, para una floración exuberante, necesita oscilaciones de temperatura entre el día y la noche. Durante el día, prefiere alrededor de 30 grados, mientras que durante la noche necesita un frescor de alrededor de 15 grados. Algunas variedades de gardenia tienen dos floraciones anuales en primavera e invierno y también requieren noches frescas en septiembre y octubre.
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4. El riego y el tipo de agua, aspectos a vigilar
La gardenia requiere un sustrato constantemente húmedo, pero no tolera el encharcamiento de sus raíces. El exceso de agua puede pudrir las raíces. Si se cultiva en suelo, es fundamental que tenga un buen drenaje. En cambio, si se cultiva en maceta, las macetas de autorriego son una excelente opción para mantener la humedad adecuada.
El tipo de agua que usamos también es importante. La gardenia no tolera el agua dura, es decir, con alto contenido de cal. Lo ideal es regar con agua destilada o, en su defecto, agua de lluvia.
Además, es importante asegurarse de que la gardenia tenga una cierta humedad ambiental, especialmente si se cultiva en interior. Esto ayudará a hidratar correctamente sus hojas.
5. El abono, fundamental para su floración
Además de proporcionarle el suelo adecuado, es esencial asegurarse de que el sustrato sea fértil para que la gardenia pueda florecer. Durante la primavera y el verano, se recomienda abonarla mensualmente con un fertilizante líquido específico para plantas ácidas.
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6. La poda, dos veces al año
La gardenia solo requiere poda dos veces al año: una para el mantenimiento del arbusto y otra para promover la floración.
La poda de mantenimiento se realiza a principios del invierno y consiste en eliminar las partes de la planta que estén en mal estado, enfermas o muertas.
La poda de promoción de la floración, aunque no es imprescindible, se realiza a mediados del verano. Consiste en pellizcar para favorecer la ramificación de la planta y así promover la floración.
7. El control de plagas, un aspecto importante
Por último, es importante vigilar y controlar las plagas que pueden afectar a la gardenia. El pulgón, la cochinilla y la araña roja son visitantes no deseados que podemos encontrar en esta planta.
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Si detectamos la presencia de alguna de estas plagas, es importante actuar de inmediato para proteger la salud de nuestra planta.
¿Te atreves a cuidar de esta planta tan exigente pero maravillosa? ¡Anímate! Cuando veas su floración, no te arrepentirás de haberle dedicado tanto amor y cuidado.
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