Descubre los secretos de la Araucaria, el tesoro natural de Chile

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La Araucaria, conocida como «Pehuén» en lengua Mapuche, es el árbol emblemático de Chile y uno de los más queridos en esta región del mundo. Su belleza imponente y su frondosidad perenne atraen a personas de todos los rincones del planeta, quienes viajan miles de kilómetros para conocer y abrazar a uno de los árboles más antiguos de la Tierra. La Araucaria es un símbolo de lucha frente a la amenaza de extinción y una fuente de inspiración para proteger y preservar la naturaleza.

Un árbol con una historia milenaria

La Araucaria tiene una corteza gruesa y resquebrajada, con ramas afiladas y escamadas. Su silueta puede alcanzar los 50 metros de altura, una verdadera maravilla natural. Su historia genética se remonta a 240 millones de años, lo que la convierte en un tesoro de incalculable valor. Caminar entre los bosques de Araucarias es una experiencia mágica, una conexión con épocas pasadas que nos hace conscientes de la importancia de preservar nuestro patrimonio natural.

Desafortunadamente, en la actualidad su distribución se ha visto reducida en 30 mil hectáreas, lo que ha llevado a que sea declarada en peligro de extinción. Es nuestro deber proteger y cuidar de este tesoro natural para garantizar su supervivencia a lo largo de las generaciones.

Tesoros naturales al sur de Chile

Si quieres vivir un encuentro inolvidable con la Araucaria y la naturaleza que la rodea, te invitamos a explorar la zona de Territorio Arauco y Panguipulli, donde encontrarás algunos de los lugares más increíbles en los que convive la Araucaria chilena.

A solo 10 minutos de Melipeuco se encuentra el Parque Nacional Conguillío, un lugar que te deslumbrará con su belleza. En este parque, que abarca 60.000 hectáreas, podrás admirar las araucarias milenarias en su hábitat natural, junto a lagos y lagunas que te dejarán sin aliento. La belleza de este lugar lo ha llevado a ser considerado uno de los últimos refugios del mundo que preserva el paisaje donde vivieron los dinosaurios. Sin duda, es una visita ineludible si deseas sumergirte en la historia ancestral de las araucarias de Chile.

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Otro lugar impresionante es Lonquimay, una zona de bosques de Araucarias que combina la cultura occidental con las prácticas del pueblo Pehuenche. Aquí podrás caminar por senderos montañosos y arbolados, y maravillarte con la majestuosidad de estas coníferas cubiertas de nieve en invierno. Además, podrás descubrir otras especies nativas de vegetación, como robles, lengas y coihues. Este lugar mágico invita a realizar caminatas, cabalgatas, paseos en bicicleta y trekking, si el tiempo lo permite.

La Reserva Nacional China Muerta, ubicada en la comuna de Lonquimay, es otro enclave natural que destaca por su entorno rodeado de araucarias milenarias. Aquí, las araucarias se alzan en zonas altas, dando paso a un bosque caducifolio y creando un paisaje único. Este lugar es perfecto para realizar safaris fotográficos y sumergirse en la belleza de la naturaleza.

La Araucaria y su vínculo con el pueblo Mapuche

La Araucaria tiene una estrecha relación con el pueblo Mapuche, como lo demuestra la leyenda del «Pehuén». Según cuenta la historia, hace mucho tiempo, el pueblo Pehuenche vivía cerca de los bosques de Araucarias. Se reunían bajo estos árboles para rezar, hacer ofrendas y colgar regalos en sus ramas. Sin embargo, no cosechaban sus frutos debido a la creencia de que eran venenosos.

Un invierno crudo y prolongado dejó al pueblo sin recursos. Los ríos estaban congelados, los pájaros habían emigrado y los árboles esperaban la llegada de la primavera. La tierra estaba cubierta de nieve y la hambruna se hacía sentir, especialmente entre los niños y los ancianos.

Ante esta situación desesperada, los Pehuenches escucharon las sabias palabras de un anciano de la tribu y decidieron cosechar los frutos de la Araucaria, los piñones. Todos se unieron en la preparación de la comida, saliendo a buscar más piñones, acarreando agua y encendiendo el fuego. Tostaron, hirvieron y comieron los piñones que habían recolectado. Fue una fiesta inolvidable que marcó un antes y un después en la relación entre los Pehuenches y la Araucaria. Desde aquel día, los Mapuches que viven cerca de estos árboles, llamados Pehuenches, nunca más pasaron hambre y esperan que este precioso árbol nunca les sea arrebatado.

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La cosecha del Piñón, un tesoro ancestral

Si has tenido la oportunidad de ver una Araucaria adulta, habrás notado que no es fácil subirse a ella. Sin embargo, los Pehuenches son expertos en la cosecha del piñón y pueden trepar cómodamente por el tronco, utilizando la rugosidad de la corteza como peldaños.

La recolección del piñón, conocida como «el piñoneo», es todo un ritual que se lleva a cabo entre febrero y abril de cada año. Solo los elegidos pueden participar en esta actividad, que se ha convertido en una atracción turística en sí misma.

Los recolectores necesitan zapatos especiales para escalar el recto tronco de la Araucaria, y guantes reforzados para protegerse de las puntudas hojas. En algunos casos, tienen que subir varios metros para alcanzar las bolsas de piñones y hacer que suelten sus frutos. En un buen año, una Araucaria de más de 100 años en plena producción puede llegar a producir hasta 400 kilos de piñones. Sin embargo, es importante recordar que solo las Araucarias hembras producen piñones, lo que significa que solo la mitad de estos árboles tienen esta capacidad.

Los piñones en tu cocina, un manjar milenario

Los piñones son un fruto rico en minerales, fibra y una excelente fuente de proteínas. Son los únicos frutos secos que no provienen de plantaciones, sino que se recolectan de los bosques, lo que los convierte en uno de los productos más especiales y valiosos del mercado.

Se pueden consumir crudos en ensaladas y pastas, o cocidos en rellenos para aves. También son muy utilizados en repostería, ya que son perfectos para decorar platos dulces, especialmente en épocas navideñas. Sin embargo, donde realmente se puede apreciar su sabor es en platos salados de uso diario, como el pan, las pastas o la harina que se mezcla con leche para ser base alimenticia de los más pequeños.

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Los piñones se pueden encontrar en el mercado durante todo el año, aunque su consumo es más común durante el verano y especialmente en Navidad, cuando su demanda se incrementa.

Algunos de los beneficios de los piñones incluyen su contenido de ácidos grasos esenciales, como el Omega 6 y Omega 3, que ayudan a cuidar nuestro sistema cardiovascular y cerebral. También son ricos en vitamina E, que refuerza nuestro sistema inmunológico y aumenta las defensas. Además, contienen minerales como potasio, magnesio, hierro y zinc. Los piñones también ayudan a reducir los niveles de colesterol LDL o «malo», aportan grandes cantidades de fibra y mejoran la fertilidad.

Cuidemos la Araucaria, nuestro tesoro natural

Hoy en día, no solo los Pehuenches comprenden el valor y la importancia de cuidar el árbol más antiguo de Chile, la Araucaria. Este tesoro natural atrae la atención de personas de todo el mundo, no solo por su belleza y los regalos que nos brinda, sino también por ser una especie emblemática en peligro de extinción.

Te invitamos a recorrer la zona centro y sur de Chile y enamorarte, al igual que nosotros, de la Araucaria chilena. Descubre por ti mismo la sensación de abrazar el enérgico tronco de este verdadero dinosaurio herbolarío. Cada paso que damos para proteger y preservar la Araucaria es un paso hacia un futuro sostenible y en armonía con la naturaleza.

¡Conoce más sobre la belleza de la Araucaria y el patrimonio natural de Chile en Una Planta!

Parque Nacional Conguillio

Parque Nacional Conguillio en época de otoño

Bosque con araucarias milenarias en el sur de Chile

Hombre en un mirador del Parque Nacional Conguillio admirando un bosque de araucarias

Manos abiertas llenas de piñones

Bosque con araucarias milenarias en el sur de Chile

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