Cómo se Alimentan las Trufas

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Las trufas, esos preciados tesoros subterráneos que deleitan nuestro paladar, han sido motivo de controversia y debate en cuanto a su forma de alimentarse desde que son jóvenes hasta que alcanzan la madurez. Comprender cómo se alimentan las trufas en su proceso de desarrollo nos brinda información valiosa para elegir las técnicas de cultivo más adecuadas.

La Controversia Sobre la Alimentación de las Trufas Jóvenes

Hasta hace poco tiempo, se creía que una vez formada, la trufa se desvinculaba completamente del árbol y las micorrizas que le dieron origen. Se pensaba que la trufa tenía un desarrollo autónomo, obteniendo sus nutrientes y agua del medio circundante a través de una alimentación saprofita.

Sin embargo, recientes investigaciones realizadas por un grupo francés (INRA de Nancy) han demostrado que la alimentación de la trufa en el suelo no está totalmente desvinculada del árbol y las micorrizas que le dieron vida.

Los Descubrimientos de la Investigación

Estos estudios han revelado varios hallazgos interesantes:

  • Parte del carbono asimilado por el árbol durante la fotosíntesis se transfiere lentamente desde las raíces más finas y las micorrizas hacia las trufas. Este carbono puede acumularse principalmente en las micorrizas antes de ser utilizado por la trufa para su crecimiento.

  • Durante el invierno, el carbono que llega a las trufas proviene de las reservas de almidón acumuladas en el tronco, ramas, yemas o raíces más gruesas. Durante esta temporada, el almidón se transforma en sacarosa, lo que permite una mayor resistencia al frío.

  • La trufa solo utiliza las reservas de carbono del mismo año, es decir, aquellas asimiladas por el árbol en el último periodo vegetativo.

  • Además, se ha descubierto que casi todo el carbono utilizado por las trufas proviene del árbol huésped, sin importar en qué etapa de desarrollo se encuentre la trufa. Se ha descartado la posibilidad de que provenga de la solución del suelo que rodea a la trufa.

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Estos descubrimientos plantean una serie de consideraciones en relación al trabajo del suelo, la poda y la densidad de plantación, entre otros aspectos.

Recomendaciones para un Cultivo Exitoso

A continuación, se presentan algunas sugerencias basadas en los hallazgos de la investigación:

  • Es importante tener en cuenta la capacidad de fotosíntesis del árbol, ya que es la fuente de carbono para las trufas. Mantener una densidad de árboles apropiada que permita que cada uno fije la máxima cantidad de carbono. Una densidad razonable de plantas estaría entre 300 y 400 pies/Ha. Después de 15 o 20 años, según la fertilidad del suelo, esta densidad podría disminuir, por ejemplo, eliminando algunos árboles no productores.

  • Realizar una poda y un aclareo del árbol que favorezcan la aparición de ramas jóvenes con una fuerte capacidad fotosintética y, por lo tanto, el rejuvenecimiento del árbol. Evitar podas severas que reduzcan la capacidad fotosintética o intervenciones durante el periodo vegetativo, como se practica o se aconseja. También es recomendable evitar las podas en verano destinadas a frenar el crecimiento de los árboles o las que se realizan en momentos en los que la trufa está engordando.

  • Seguir prácticas de poda específicas según la especie del árbol. Para el avellano, se aconseja realizar la poda con eliminación de los rebrotes entre febrero y marzo. Para la encina o el roble, es mejor hacer la poda a fines de marzo, una vez finalizada la temporada de recolección de trufas.

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  • Dado que la fotosíntesis depende de la evapotranspiración, es importante favorecer la humedad del suelo tanto como sea posible. Esto se puede lograr a través del riego, un trabajo del suelo que facilite la infiltración y mantenga la humedad, un ramaje del árbol no muy denso que permita que el agua de lluvia llegue al suelo, una densidad de árboles adecuada, el control de la hierba que compite por la humedad, el acolchado, entre otras prácticas.

  • La evidencia de una conexión frágil entre el árbol y las trufas hasta que estas últimas maduran plantea la necesidad de un manejo adecuado del suelo para mantener esta unión sin dañarla. Es importante considerar cómo y cuándo se trabaja el suelo, la intensidad y profundidad del trabajo. En una plantación establecida y productiva de trufas, es razonable realizar una escarda muy superficial manual o mecánica en abril o mayo para reducir la vegetación de primavera. Durante el periodo de crecimiento, es preferible segar la hierba. En cuanto al trabajo del suelo, existe debate sobre qué profundidad es la más adecuada. Aunque un trabajo del suelo superficial que preserve las micorrizas es preferible, se puede considerar un trabajo más profundo (10-15 cm) para situar el sistema radicular del árbol y las micorrizas por debajo de ese nivel, lo que aumenta la resistencia de las trufas a la sequía estival, especialmente en climas mediterráneos sin riego.

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FAQs

¿Cómo se alimentan las trufas?
Las trufas jóvenes se alimentan principalmente a través de una transferencia de carbono desde las raíces y las micorrizas del árbol huésped.

¿De dónde proviene el carbono que utilizan las trufas?
El carbono proviene de las reservas de almidón acumuladas en el tronco, ramas, yemas o raíces más gruesas del árbol huésped.

¿Es importante la poda del árbol para el desarrollo de las trufas?
Sí, una poda adecuada favorece la aparición de ramas jóvenes con una fuerte capacidad fotosintética, lo que beneficia el crecimiento y desarrollo de las trufas.

Conclusión

El conocimiento sobre cómo se alimentan las trufas y su relación con el árbol huésped y las micorrizas nos brinda información clave para el cultivo exitoso de estos preciados hongos. Al considerar la capacidad de fotosíntesis del árbol, realizar una poda adecuada, mantener la humedad del suelo y cuidar el manejo del suelo, podemos crear las condiciones ideales para que las trufas se desarrollen y nos deleiten con su sabor único y exquisito.

Una Planta

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