Las palabras de Jazmina Barrera nos invitan a sumergirnos en un libro único y transformador: Línea nigra. Esta obra, compuesta por reflexiones fragmentarias, fue escrita durante el embarazo y los primeros meses de vida de su bebé. En un contexto marcado por un terremoto que sacudió México y dejó una profunda huella en la autora, Barrera nos habla sobre otro terremoto que cambia nuestra existencia de manera irremediable: la maternidad.
En palabras de Barrera, la maternidad es un torbellino que altera nuestra identidad en todos los aspectos. Modifica nuestra relación con nuestro cuerpo, con nuestra pareja, con nuestra profesión, con nuestras amigas y con nuestra familia. Es un proceso en constante evolución, ya que los bebés y los niños cambian constantemente, especialmente en los primeros años. Debemos aprender a adaptarnos a estos cambios, reconstruyéndonos y reinventándonos en términos de arte y escritura.
Línea nigra es una parte de esta reconstrucción personal de Barrera. Este relato coral, fruto de una exhaustiva búsqueda, establece un diálogo con otras mujeres del mundo del arte que han abordado el embarazo, el parto y la lactancia en su obra. Durante mucho tiempo, estos temas fueron considerados intrascendentes, incluso por las mujeres que los abordaban. Sin embargo, hoy en día, las lectoras han comprendido su importancia y el mercado editorial ha abierto sus puertas a esta temática.
Encontrar referencias en la literatura y el arte es fundamental para validar nuestros sentimientos y ambivalencias en un mundo saturado de libros de autoayuda sobre maternidad que pueden generar más ansiedad que alivio. En la literatura, podemos encontrar otras narrativas, como la de la escritora canadiense Rivka Galchen en su obra Pequeñas labores, que nos brinda una visión del asombro y la curiosidad. Necesitamos ver nuestras experiencias reflejadas en otras personas, aunque no necesariamente nos identifiquemos con ellas. La maternidad, el parto y la lactancia son procesos tan intensos que vivirlos en soledad puede resultar abrumador. En la literatura y el arte, encontramos compañía y la posibilidad de dialogar sobre nuestras vivencias.
Además, Línea nigra nos invita a reflexionar sobre la compatibilidad entre ser escritor y criar a un hijo. Existe la idea de que las tareas de crianza y el trabajo doméstico son incompatibles con la creatividad y la labor intelectual. Sin embargo, Barrera descubre que su vida intelectual y creativa se ha despertado desde que tuvo un hijo. Criar a un niño requiere una inteligencia y creatividad impresionantes, ya que constantemente debemos inventar y encontrar soluciones. Debemos valorar estas habilidades y recordar que existen muchas mujeres que han escrito libros de maternidad a pesar de las dificultades. Barrera, por ejemplo, escribía en su teléfono mientras amamantaba o en cualquier momento que podía encontrar.
En el camino de la maternidad, también es crucial contar con una tribu que nos rodee y haga más llevadera esta experiencia. La sociedad actual nos hace sentir cada vez más solos y con menos ayudas. Barrera nos habla de la importancia de buscar nuevas formas de colectivizar la crianza, para evitar que se convierta en una tortura. Criar a un hijo en solitario, mientras trabajamos y nos ocupamos del hogar, puede ser agotador. En cambio, cuando compartimos estas tareas, todos salimos ganando y la experiencia se vuelve más enriquecedora. Barrera tuvo la suerte de contar con una familia extendida, aunque este modelo ha sido mal visto desde la perspectiva patriarcal de la familia nuclear.
En Línea nigra, la relación entre madre e hija también se vuelve fundamental. Barrera reconstruye la historia de su madre a través de su maternidad y comprende cómo las decisiones que toma están influenciadas por su propia crianza. La maternidad transforma las relaciones familiares, especialmente la relación con las madres, que se convierten en abuelas y adquieren un nuevo papel.
La maternidad es un motivo para vivir y, al mismo tiempo, un mandato que nos prohíbe morir. Nos enfrentamos a miedos y desafíos constantes, pero también desarrollamos una empatía profunda y radical. Cuidar de un ser tan vulnerable nos permite comprender a otros y nos transforma de manera irreversible. Barrera destaca que esta empatía se extiende más allá de su hijo, sintiendo que todos los niños podrían ser sus hijos y que todas las personas podrían haber sido sus hijos. Esta experiencia ha abierto una nueva puerta de comprensión y transformación en su vida.
En resumen, Línea nigra es un libro que nos sumerge en la experiencia transformadora de la maternidad. Barrera comparte reflexiones y diálogos con otras mujeres del mundo del arte, reivindicando la importancia de abordar estos temas en la literatura. Nos invita a encontrar referencias que validen nuestras vivencias y a compartir la crianza en comunidad. La maternidad nos sacude y nos cambia en todos los aspectos, pero también nos brinda una compañía y una empatía radical que nos transforma para siempre.
¡Descubre más sobre el libro y la experiencia de Jazmina Barrera en Una Planta!