Cuidados de la Lavanda: consejos para cultivar y mantener esta planta aromática

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Detalle de flores de Lavanda

La Lavanda es una planta aromática muy apreciada por su belleza y su irresistible fragancia. Cultivar y cuidar de la lavanda no es complicado, pero es importante seguir ciertos pasos para que pueda florecer en todo su esplendor durante los meses de verano. A continuación, te ofrecemos consejos prácticos para cultivar y mantener esta maravillosa planta en casa.

Cinco pasos para cultivar Lavanda

La Lavanda, en cualquiera de sus variedades, es una planta perenne que puede alcanzar hasta un metro y medio de altura. Es un arbusto rústico con hojas que se renuevan anualmente y que adquiere un carácter leñoso. Esto hace que la Lavanda sea ideal para formar hermosos cierres y borduras, acentuando su singular floración.

1. Sustrato adecuado

La Lavanda necesita un sustrato alcalino, es decir, con un pH elevado. Si el suelo es ácido, es importante compensar esta acidez utilizando un sustrato específico o añadiendo cal para elevar el pH. Además, la Lavanda requiere un buen drenaje, por lo que es recomendable utilizar un suelo arenoso que facilite la evacuación del agua y evite el encharcamiento. Es fundamental evitar que las raíces de la Lavanda se mojen, especialmente durante el invierno, ya que el exceso de agua puede dañar la planta.

Cultivar campo de Lavandas

2. Ubicación apropiada

La Lavanda se puede plantar tanto en macetas como directamente en el suelo, siempre que se cumplan ciertas condiciones. Es importante asegurar una buena aireación alrededor de la planta, evitando colocarla demasiado cerca de otras plantas y dejando suficiente espacio para su crecimiento. La Lavanda necesita recibir al menos seis horas diarias de sol directo, por lo que se debe evitar ubicarla cerca de árboles u otras estructuras que puedan bloquear la luz solar.

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3. Riego adecuado

La Lavanda es una planta rústica que puede soportar periodos de sequía, pero durante su crecimiento es importante proporcionarle riegos moderados. Es fundamental regar la planta evitando mojar sus ramas y flores, ya que la humedad en exceso puede favorecer el desarrollo de hongos. Durante los meses de frío, se deben espaciar los riegos y concentrarlos en las horas centrales del día para evitar la acumulación de humedad en las raíces. En los meses de calor, se recomienda regarla regularmente una vez a la semana, siempre que el sustrato esté seco.

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Necesidades de la Lavanda

4. Evitar el abono excesivo

A diferencia de otras plantas, la Lavanda no requiere un abono regular. Un exceso de fertilización puede afectar negativamente a su floración y reducir el aroma característico de sus flores. Sin embargo, en suelos pobres o en macetas, se puede aplicar una pequeña cantidad de fertilizante antes de la época de floración.

5. Poda adecuada

Aunque la Lavanda no necesita ser abonada, es importante realizar una poda adecuada. Esto no debe confundirse con la recolección de flores para fines decorativos o medicinales. Al comienzo de la primavera o en otoño, después de la floración, se recomienda realizar una pequeña poda que no supere la mitad del tamaño de la planta. Esta poda estimula el crecimiento de nuevas ramas y flores. En el caso de las Lavandas utilizadas para formar cierres o borduras, además de podar en altura, es necesario recortar también el contorno para mantener una línea estética uniforme.

Mariposa posada en una flor de Lavanda

Con estos cinco pasos, cultivar y cuidar la Lavanda será una tarea gratificante. Podrás disfrutar de su maravillosa fragancia durante los meses de verano y atraerás a una variedad de vida silvestre importante para la sostenibilidad del jardín. ¡Cuida de la Lavanda y disfruta de su belleza y aroma!

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