Cuidados de la palma de Madagascar: Una planta exótica y cautivadora

Cuidados de la palma de Madagascar: Una planta exótica y cautivadora
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La palma de Madagascar es una planta que despierta pasiones entre los amantes de la jardinería. Y no es para menos. Sus cuidados no son difíciles de cumplir y a cambio, podrás disfrutar de una planta sumamente decorativa. Su morfología única y llamativa la convierte en una opción perfecta para cultivar en solitario en un jardín o incluso en una maceta en una terraza. Así que tanto para aquellos que dicen no tener buena mano como para los jardineros expertos, esta planta será un deleite.

La Pachypodium lamerei, también conocida como palma de Madagascar, requiere recrear las condiciones del lugar del que es originaria. Aunque su nombre común la categoriza como una palmera, en realidad es una planta suculenta. Su crecimiento puede alcanzar hasta tres metros y su follaje se asemeja al de una palma, lo que dificulta distinguirla de otras especies en estado silvestre.

Debido a su singularidad y belleza exótica, la Pachypodium lamerei es una planta muy demandada. A continuación, veremos en detalle sus particularidades y, lo más importante, los cuidados que necesita.

6 claves para cuidar la palma de Madagascar

Los cuidados de la palma de Madagascar implican recrear las condiciones naturales de su lugar de origen. Antes de entrar en detalle, es importante comprender las características de esta planta. Su principal rasgo es un tallo grueso y columnar con una base ligeramente engrosada. A lo largo del tallo, se encuentran espinas que nacen en el lugar donde antes había hojas. Es importante tener en cuenta que la Pachypodium lamerei solo tiene hojas en la parte superior y, a medida que crece, va desprendiéndose de las inferiores para dar paso a nuevas espinas.

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Este sistema de reemplazo vegetal permite que la palma de Madagascar concentre sus esfuerzos en el crecimiento de las hojas superiores. Estas hojas crecerán en proporción al tamaño de la planta. Si es joven, tendrás hojas pequeñas, pero a medida que crezca, las hojas serán más grandes. Sin embargo, debes tener en cuenta que esta planta tiene un crecimiento lento. En el mejor de los casos, crecerá hasta 30 centímetros al año, tanto en altura como en diámetro de su base engrosada.

Ahora, veamos los cuidados específicos que requiere esta singular planta.

1. Iluminación, un factor clave

Dado su origen, es lógico pensar que uno de los cuidados más importantes para la palma de Madagascar es la iluminación. Aunque no es imprescindible que esté expuesta al sol directo, puede cultivarse en espacios muy luminosos.

Si la planta no recibe la cantidad de luz adecuada, sus hojas comenzarán a caer y, lamentablemente, morirá en poco tiempo. Por eso, es importante encontrarle un lugar que cumpla con esta necesidad desde el principio.

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2. Temperatura, cálida y sin frío

Como planta tropical, la Pachypodium lamerei necesita temperaturas cálidas. Lo ideal es mantenerla en un ambiente entre 20 y 40 grados Celsius. No tolera el frío, y temperaturas menores a 10 grados pueden comprometer seriamente su vida.

En consideración al clima, en los meses de calor es recomendable ubicarla en el exterior, y a medida que se acerque el otoño, trasladarla al interior.

3. Drenaje, fundamental para su salud

Dado su tipo de planta suculenta, es importante prestar atención al drenaje del agua. Para esto, se debe utilizar un sustrato adecuado para cactus y suculentas, permitiendo evacuar el agua sobrante del riego y proteger las raíces.

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4. Riego, moderado incluso en verano

El riego adecuado de las suculentas sigue siendo un tema pendiente para muchos aficionados a la jardinería. En el caso de la palma de Madagascar, es importante ser precavidos con la cantidad de agua. Durante los meses de calor, regar dos veces por semana en cantidades moderadas será suficiente. En invierno, se debe detener el riego por completo.

Recuerda que la planta es originaria de una región seca y no requiere grandes cantidades de agua.

5. Abonado, dos veces al año

Durante los meses de crecimiento, la palma de Madagascar agradece ser abonada. Esto estimula su evolución lenta antes mencionada. Se recomienda aplicar un abono para cactus y suculentas cada quince días tanto en primavera como en verano. Este aporte extra le permitirá aprovechar la luz solar y el buen clima para crecer.

6. Plagas, un problema poco frecuente

Afortunadamente, la palma de Madagascar es una planta resistente y no suele ser víctima de plagas o enfermedades comunes en las plantas de interior o exterior.

Únicamente, si la planta se encuentra debilitada, es posible que aparezcan cochinillas.

¡Ahora que conoces los cuidados de la palma de Madagascar, anímate a tenerla entre tus plantas! Disfrutarás de una belleza vegetal singular y sumamente exótica.

Cuidados pachypodium lamerei
Créditos de la imagen: Una Planta

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