El cáncer es un término que engloba diversas enfermedades caracterizadas por el desarrollo de células anormales en el cuerpo, las cuales se dividen, crecen y se diseminan de manera descontrolada. Aunque las células normales tienen un ciclo de vida programado, las células cancerosas pierden la capacidad de morir y se dividen sin límites, formando masas llamadas tumores o neoplasias que pueden destruir los tejidos normales.
No todos los tumores son malignos, algunos tienen un crecimiento lento y se consideran benignos. Además, hay cánceres que no forman tumores, como los de origen sanguíneo. En España, el número de nuevos casos de cáncer ha aumentado en los últimos años debido al crecimiento poblacional, a las técnicas de detección precoz y al aumento de la esperanza de vida.
Afortunadamente, a pesar del aumento en el riesgo de desarrollar cáncer, la mortalidad por esta enfermedad ha disminuido considerablemente en las últimas décadas. Sin embargo, el pronóstico y tratamiento varían según el tipo de cáncer y la etapa en que se encuentre.
¿Cómo se diagnostica y qué aspecto tiene?
Gracias a las técnicas de detección temprana, cada vez se detectan más tumores en etapas precoces, antes de que aparezcan los síntomas. Las manifestaciones del cáncer pueden variar, desde un bulto que crece rápidamente hasta tos persistente, ronquera o sangrado digestivo. Es importante recordar que muchos de estos signos y síntomas también pueden estar presentes en enfermedades menos graves.
El diagnóstico se realiza a través de la anamnesis y la exploración física, seguidas de pruebas analíticas y de imagen, como radiografías o escáneres. Sin embargo, para confirmar el diagnóstico de manera definitiva, es necesario realizar una biopsia y analizar el tejido tumoral bajo el microscopio.
Tipos de cáncer
El tipo de cáncer se define según el tejido u órgano en el que se origina. Por ejemplo, un cáncer de colon que se ha diseminado al hígado sigue siendo considerado un cáncer de colon. Los cánceres se agrupan en diferentes categorías, como los carcinomas, que se originan en células epiteliales que revisten órganos y glándulas, y representan la mayoría de los casos de cáncer. También existen los sarcomas, que se forman en tejidos conectivos como los músculos, huesos y cartílagos.
Otros tipos de cáncer incluyen las leucemias, que se originan en la médula ósea, y los linfomas, que se desarrollan en el tejido linfático. Estos términos pueden ir acompañados de prefijos que describen el tipo de célula que lo ocasionó.
Es importante destacar que cada tipo de cáncer tiene características moleculares y celulares específicas, y el análisis microscópico puede revelar subtipos y grados de agresividad. Además, las técnicas de biología molecular están permitiendo un estudio más detallado de las mutaciones genéticas y perfiles moleculares de cada tumor, lo que ayuda a seleccionar tratamientos personalizados y comprender mejor la enfermedad.
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