Avelóz: Descubriendo los secretos de esta planta misteriosa

Avelóz
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¡Sumérgete en el fascinante mundo del avelóz! También conocido como pau-pelado, hombre-nu, corona-de-cristo, cachorro-pelado, árbol-lápiz o graveto-do-diabo. Este arbusto perteneciente a la familia de las euforbiáceas genera una savia tóxica y caústica que ha sido objeto de amplios estudios. Su latex, lechoso y corrosivo, puede causar quemaduras graves en la piel, intensos dolores y hasta ceguera temporal si entra en contacto con los ojos. Incluso si se ingiere, puede provocar quemaduras en la boca, los labios y la lengua, además de complicaciones más serias como náuseas, vómitos y diarrea.

Sin embargo, curiosamente, en muchas culturas se ha utilizado el avelóz medicinalmente en dosis extremadamente pequeñas para tratar diversas enfermedades, especialmente el cáncer. Estudios realizados por el Instituto Israelita de Enseñanza e Investigación Albert Einstein en São Paulo han demostrado que esta planta logró estabilizar el estado clínico de una persona con cáncer en fase terminal, aliviando también sus dolores. No obstante, al evaluar los efectos mutagénicos del extracto de esta planta en células de la médula ósea de ratones, se descubrió que aumentaba la cantidad de mutaciones, lo que podría implicar un riesgo de desarrollo de cáncer. Es decir, en el caso del avelóz, la línea que separa el veneno del remedio es muy tenue.

Pero eso no es todo. El látex generado por esta planta también puede convertirse fácilmente en gasolina. De hecho, el químico Melvin Calvin propuso su explotación como sustituto del petróleo. Esta aplicación resulta particularmente interesante debido a la capacidad del arbusto para crecer en casi cualquier tipo de suelo. Sin embargo, su uso en la producción de caucho no fue tan exitoso.

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El avelóz es originario de África y se encuentra ampliamente distribuido en esa región. Es capaz de crecer en áreas secas y, a menudo, se utiliza como planta de cobertura. Aunque es atractiva como una suculenta ornamental tanto en macetas como en jardines, se debe tener mucho cuidado al elegir el lugar donde se planta, evitando que las personas o los animales entren en contacto con ella debido a su toxicidad.

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Esta planta xerófita, ideal para jardines rocosos y zonas áridas, aprecia el calor pero no resiste las temperaturas extremadamente bajas ni las heladas. Por lo tanto, se recomienda su cultivo en regiones de clima cálido, como el Centro-Oeste, el litoral norte y el noreste de nuestro país.

Para cultivarla adecuadamente, se debe plantar a pleno sol en suelos ricos en materia orgánica y muy bien drenados. Se recomienda cavar un agujero más grande que el terrón de la planta y rellenarlo con una mezcla de arena, abono animal compostado y compuesto orgánico o humus de lombriz en partes iguales. Luego, se coloca el terrón y se cubre con la misma mezcla. Durante el proceso de plantación y posteriormente, se debe regar abundantemente, pero luego se deben espaciar las riegos. ¡No hay que regar demasiado en invierno! En realidad, el avelóz no requiere podas, pero si algunos brotes crecen fuera de la forma deseada, se pueden cortar con unas tijeras de podar, siempre recomendando el uso de guantes y gafas de protección.

Recuerda que las imágenes principales que ilustran este artículo son meramente ilustrativas y corresponden a un ejemplar adulto de la misma especie, ya establecido.

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Para obtener más información sobre el avelóz y su cultivo, visita Una Planta, donde encontrarás consejos y herramientas para disfrutar esta fascinante planta en tu propio hogar.

¡Descubre los secretos ocultos del avelóz y adéntrate en un mundo de fascinantes propiedades y aplicaciones!

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