Por qué las hojas de las plantas se vuelven amarillas: consejos para solucionarlo

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¡Has comprado una planta que se supone que es fácil de cuidar, como un Pothos o una Planta Cuervo! Te has esforzado por aprender los cuidados básicos. Pero un buen día, te despiertas y notas que en lugar de tener una planta hermosa y muy verde, se ha vuelto amarilla.

Las causas de las hojas amarillas

El color amarillo en las hojas de las plantas tiene un nombre: clorosis. Esto ocurre cuando a la hoja le falta clorofila, que es el nutriente que la planta fabrica para alimentarse y que es responsable de su color.

Si no se soluciona el problema, es posible que la planta muera. La clorosis puede ocurrir por diversas causas, así que tendrás que revisar tu planta y descubrir cuál de ellas aplica:

Riego inadecuado

Si casi todas las hojas de tu planta adquieren un color amarillo intenso, de manera uniforme en toda la superficie, es probable que estés excediéndote con el riego.

Si has regado exactamente como te han recomendado para tu tipo de planta, podría ser que el sustrato no esté drenando adecuadamente y se forme lodo. Hay una forma muy sencilla de verificar esto: toca la tierra con tus manos. Si la tierra está muy húmeda y no se mueve, sino que está apelmazada, formando lodo, significa que hay un problema de drenaje.

Por otro lado, si la tierra está seca y tu planta está amarilla de forma desigual, es posible que no esté recibiendo suficiente agua. Cuando esto ocurre, la planta se deshace de las hojas para evitar la transpiración y conservar el poco agua que recibe.

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Problemas de iluminación

Para realizar la fotosíntesis, las plantas necesitan luz solar. Si la planta está en una zona demasiado sombreada para su especie, notarás que las hojas que están en la parte más oscura o sombreada adquieren un amarillo muy pálido, casi blanco.

Por otro lado, el exceso de luz también puede ser perjudicial para ciertos tipos de plantas que deben ser cultivadas en la sombra o semisombra. Un ejemplo de esto ocurre con las hojas de Zamioculcas y Kalanchoe daigremontiana, que se vuelven amarillas si se exponen al sol directo.

Deficiencia de hierro

Si el sustrato donde está plantada la planta tiene un pH incompatible con las necesidades de la planta, es posible que la absorción de hierro se vea afectada y se produzca la clorosis férrica. Podrás notar este problema al revisar la hoja, que se volverá amarilla pero las venas permanecerán verdes. Esto es típico de plantas acidófilas, como los Rododendros, Azaleas, Camelias y Hortensias.

Deficiencia de nitrógeno

Los principales compuestos que las plantas absorben para sintetizar su sustento son el fósforo, el potasio y el nitrógeno. El nitrógeno potencia el color verde de las hojas y contribuye al crecimiento, mientras que el fósforo y el potasio actúan directamente en las raíces y la floración de la planta.

Esto puede observarse en plantas como la Monstera deliciosa, la Planta del maíz e incluso en los Potos que han pasado mucho tiempo en la misma maceta, la cual se ha vuelto pequeña y el sustrato ha agotado todos los nutrientes.

Plagas de nematodos y otros

Los nematodos son gusanos microscópicos (de unos 0,2 mm) que se adhieren a las raíces, interrumpiendo el transporte de nutrientes. Es muy difícil saber si una planta está siendo atacada por estos molestos bichos, sobre todo si está plantada directamente en el suelo. La planta se debilita, pierde las hojas y estas se vuelven amarillas. Es más común en frutales y plantas bulbosas.

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¿Cómo solucionar las hojas amarillas de las plantas?

  • Si el problema es el riego:

    • Rectifica los patrones de riego para ver si estás regando demasiado o demasiado poco. Si no es el caso, revisa el sustrato. Para plantas pequeñas o en macetas, asegúrate de utilizar el tipo de sustrato adecuado y añade gravilla en el fondo para facilitar el drenaje. Verifica que los agujeros de drenaje no estén obstruidos. También puedes mezclar la tierra con un poco de arena de río para mejorar su permeabilidad.
  • Si el problema es la iluminación:

    • Verifica las condiciones ideales para tu tipo de planta. Las plantas que requieren mucho sol no pueden estar en sombra, así que muévelas a un lugar más soleado. Las plantas de sombra no deben recibir los rayos directos del sol, así que debes reubicarlas.
  • Si el problema es la clorosis férrica:

    • En este caso, debes equilibrar el sustrato de la planta. Puedes adquirir quelato de hierro, un polvo que se puede añadir a la tierra, o buscar un abono específico para plantas que requieran un pH más ácido.
  • Si el problema es la deficiencia de nitrógeno u otros nutrientes:

    • Un abono específico o pastillas de nitrógeno, que debes enterrar en el sustrato antes de regar, serán suficientes para reponer los nutrientes del sustrato. En caso de que la planta haya crecido y veas las raíces sobresaliendo, es imprescindible trasplantarla a una maceta más grande. No olvides abonar regularmente para evitar este problema.

Una Planta

¡Recuerda que una planta sana es una planta feliz! Así que pon en práctica estos consejos y recupera el esplendor de tus plantas.

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