La psoriasis es una enfermedad inflamatoria del sistema inmunitario que puede afectar la piel, las uñas y las articulaciones. En España, tiene una prevalencia del 2,3 por ciento y suele aparecer entre los 15 y 35 años. Esta enfermedad crónica se caracteriza por presentarse en brotes, con exacerbaciones y remisiones.
Con más de un millón de casos, la psoriasis va más allá de las afectaciones en la piel y puede derivar en complicaciones reumatológicas y tener un impacto psicológico en los pacientes. Entre el 5 y el 36 por ciento de los pacientes también presentan artritis psoriásica, una enfermedad inflamatoria que afecta las articulaciones y reduce la capacidad funcional.
En los últimos años, los avances en la investigación y la innovación han revolucionado el manejo de la psoriasis. La investigación en enfermedades inflamatorias ha dado lugar a fármacos biológicos eficaces y seguros, con menos efectos secundarios. Estos medicamentos están dirigidos a proteínas específicas relacionadas con la psoriasis, lo que permite controlar la enfermedad.
A pesar de que no existe un tratamiento curativo, se dispone de un amplio arsenal terapéutico que mejora la calidad de vida y evita daños estructurales en los pacientes. Los profesionales cuentan con estrategias terapéuticas diversas para blanquear la piel de los pacientes. Sin embargo, es fundamental que los pacientes tengan acceso a estos tratamientos altamente eficaces.
Tratamientos biológicos
Los tratamientos biológicos son medicamentos sistémicos creados mediante técnicas de biología molecular. Se asemejan a proteínas humanas, como las inmunoglobulinas o anticuerpos, lo que reduce los efectos secundarios. Estos medicamentos actúan bloqueando moléculas involucradas en la inflamación, lo que los hace más específicos y eficaces en el tratamiento de las lesiones. Entre ellos se encuentran los inhibidores de la molécula inflamatoria del TNF-a y los inhibidores de la activación de los linfocitos T.
Según el dermatólogo Miquel Ribera, estos tratamientos logran hacer desaparecer las lesiones de psoriasis en aproximadamente el 80 por ciento de los pacientes sin efectos secundarios significativos, salvo una ligera disminución de las defensas. Son medicamentos seguros y pueden utilizarse de forma prolongada sin dañar órganos como el hígado, riñón o corazón.
Acceso a los tratamientos biológicos
Sin embargo, el acceso a los tratamientos biológicos para la psoriasis puede ser desigual debido a restricciones impuestas tanto a nivel nacional como autonómico. La falta de un protocolo único en todas las comunidades autónomas genera inequidades en la prescripción de estos medicamentos.
La asociación Acción Psoriasis aboga por un único protocolo basado en una guía de práctica clínica que permita un acceso equitativo a los tratamientos. Además, instan a que los nuevos tratamientos tengan un precio competitivo para alcanzar al mayor número de pacientes posible.
Es fundamental que los dermatólogos tengan libertad para prescribir los tratamientos biológicos más adecuados para cada paciente. Los biosimilares se prescriben en primera línea, pero en segunda línea, los médicos reclaman la libertad de elegir entre los siete fármacos biológicos disponibles actualmente.
Coste-efectividad
Los medicamentos biológicos para la psoriasis son coste-efectivos, ya que permiten reducir el uso de tratamientos tópicos y sus costes asociados. Esto se traduce en un ahorro económico tanto para el sistema de salud como para los pacientes, quienes experimentan una mejora en su calidad de vida.
La mayoría de los costes de estos tratamientos son directos y cada comunidad autónoma o hospital negocia los precios. Algunos hospitales establecen guías farmacoterapéuticas obligatorias para que los médicos sigan una escala que sea más coste-eficaz. Otros permiten la elección entre los siete biológicos en segunda línea.
Por otra parte, existen costes indirectos relacionados con los tratamientos convencionales, como visitas más frecuentes al médico, pérdida de productividad laboral y afectación en la calidad de vida de los pacientes.
La utilización de nuevas dianas terapéuticas ofrece un retorno económico y social positivo al sistema de salud. Además, mejora la calidad de vida de los pacientes y evita gastos adicionales asociados a enfermedades no tratadas.
Estudio AEDV
Un estudio realizado por el Grupo de Psoriasis de la Academia Española de Dermatología y Venereología muestra que el alto impacto económico de los tratamientos biológicos ha llevado a incluir gestores y pagadores en la toma de decisiones. La inclusión de biosimilares en la primera línea de tratamiento ha condicionado la priorización basada en el coste absoluto, generando diferencias y problemas de equidad.
El estudio destaca la necesidad de una mayor independencia, transparencia y consistencia en la evaluación de la eficiencia de los tratamientos. Además, se enfatiza en la importancia de una documentación farmacoeconómica que incorpore la eficiencia como parámetro objetivo y medible.
En conclusión, el acceso equitativo a los tratamientos biológicos para la psoriasis es fundamental para mejorar la calidad de vida de los pacientes. Es necesario establecer un protocolo único basado en la experiencia clínica y en la evidencia científica disponible. Además, se debe garantizar la independencia y la transparencia en la evaluación de la eficiencia de estos tratamientos para lograr un acceso equitativo en todo el territorio.