El poeta cubano Roberto Fernández Retamar, reconocido por su compromiso con la revolución cubana y su prolífica trayectoria literaria, falleció el pasado sábado en La Habana a los 89 años. Presidente de la prestigiosa Casa de las Américas y miembro de la Academia Cubana de la Lengua, Retamar dejó un legado de poesía y ensayos que trascendieron fronteras.
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Una vida dedicada a la poesía y la revolución
Desde sus inicios en la década de los cincuenta, Roberto Fernández Retamar se destacó como un poeta comprometido con su tiempo. Su primer poemario, «Elegía como un himno», publicado a los 20 años, y su posterior obra «Patrias», le valieron el reconocimiento del Premio Nacional de Poesía en 1951. A través de colaboraciones en la revista Orígenes, Retamar desarrolló un estilo propio que se alejaba de la poesía hermética que predominaba en ese momento en Cuba, acercándose al coloquialismo latinoamericano.
Influencias y contribuciones
La poesía de Retamar estuvo influenciada por grandes escritores como José Martí, Julián del Casal, César Vallejo, Unamuno, Alberti, Juan Ramón Jiménez y Lorca. Durante su formación académica en La Habana, París y Estados Unidos, adquirió una sólida base que le permitió profundizar en la literatura y el pensamiento contemporáneo. Su tesis sobre la poesía cubana contemporánea y su ensayo «Calibán» se convirtieron en referentes dentro de la academia.
Compromiso político y cultural
Tras el triunfo de la revolución cubana, Roberto Fernández Retamar se involucró activamente en la vida cultural de su país. Fue uno de los fundadores de la Unión Nacional de Escritores y Artistas Cubanos y codirigió la revista Unión junto a destacados intelectuales. Además, dirigió publicaciones como la Nueva Revista Cubana y la revista de Casa de las Américas. Su compromiso político se reflejó en sus obras poéticas, donde exploró temáticas relacionadas con la revolución y el amor por su pueblo.
Legado y reconocimientos
La obra de Roberto Fernández Retamar abarcó numerosos poemarios y ensayos. Sus escritos fueron aclamados en Cuba y en diversas partes del mundo, recibiendo el reconocimiento del Premio Nacional de Literatura en 1989. Además, fundó y dirigió el Centro de Estudios Martianos, dejando una huella imborrable en la academia y las letras cubanas. Su ingreso en la Academia Cubana de la Lengua y la Academia Española de la Lengua, así como su participación en el Consejo de Estado de la República de Cuba, son testimonio de su importancia en el ámbito cultural y político.
La partida de Roberto Fernández Retamar deja un vacío en el panorama literario, pero su legado perdurará como testimonio de su compromiso y talento. Una Planta enaltece la memoria de este gran poeta y pensador cubano, cuya poesía y ensayos seguirán resonando en el tiempo.