¿Plantas de supermercado: ¿realmente sostenibles?

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El mundo de la decoración ha sido invadido por una fiebre verde en los últimos años. Las plantas se han convertido en un accesorio imprescindible para muchos hogares, desde los amantes de las plantas en Instagram hasta los supermercados y tiendas de muebles. Sin embargo, detrás de esta tendencia de moda se esconden interrogantes sobre su sostenibilidad y la responsabilidad medioambiental de su producción.

El origen del problema

Una muestra de la tendencia de llenar las casas de plantas, a menudo sin conocer los cuidados y particularidades de cada una de ellas

Según Elena Páez, fundadora de Planthae, una tienda de plantas en Madrid, el principal problema radica en el consumo masivo y desechable de plantas. La demanda ha llevado a priorizar precios bajos en lugar de la calidad del producto. Esto implica la modificación no sostenible ni ecológica de los ciclos de producción, utilizando iluminación artificial 24 horas al día y químicos no naturales para acelerar el crecimiento. Como resultado, muchas plantas llegan a los consumidores con raíces dañadas y condenadas a una muerte prematura.

Además, la falta de regulación en el cultivo de plantas decorativas o de interior agrava el problema. Mientras existen certificados de cultivo ecológico para vegetales de consumo humano, no hay una certificación similar para viveros de plantas decorativas. Esto permite la venta de plantas sin pasaporte fitosanitario en canales no certificados, como las plataformas de segunda mano.

La preocupación por el impacto ambiental de estas prácticas no es nueva. El colectivo de justicia climática «Intersectional Environmentalist» ha señalado el uso y abuso de la turba como uno de los principales problemas. La turba, utilizada como material de cultivo y abono, se extrae de turberas y contribuye a la emisión de gases de efecto invernadero.

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Elena Páez, que se especializa en el cuidado de plantas, afirma que existen alternativas más sostenibles y nutritivas, como la fibra de coco, las tierras compostadas, la perlita y las fibras de madera. No tiene sentido destruir los ecosistemas naturales por el bien de unas pocas plantas de interior.

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¿Cómo podemos actuar como consumidores?

Aprender a esquejar o semillar es una alternativa para salir del ciclo de producción y consumo

Ante estos desafíos climáticos, es importante adoptar un enfoque de consumo crítico y consciente. Debemos prestar atención al precio de las plantas, ya que un precio demasiado bajo puede indicar condiciones de cultivo poco responsables. Además, debemos asegurarnos de que las raíces de las plantas no estén dañadas dentro del macetero.

Pero, sin duda, la clave para lograr un consumo de plantas sostenible es aprender a cuidar las que ya tenemos en casa. Buscar información y aprender técnicas de propagación y esquejado nos permite evitar errores comunes y dar nuevas oportunidades de vida a nuestras plantas. No tiene sentido desechar plantas todos los días cuando podemos aprender a propagarlas y hacer que florezcan en cada rincón de nuestro hogar.

En resumen, antes de sucumbir a la última tendencia de plantas de supermercado, debemos cuestionar su sostenibilidad y optar por un consumo más responsable. El cuidado de nuestras plantas existentes y el aprendizaje de nuevas técnicas nos permitirán tener un hogar verde y respetuoso con el medio ambiente.

Una Planta

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