Todos soñamos con tener jardines exuberantes, huertos abundantes o plantas verdes y saludables que embellezcan nuestros hogares. ¿Y si en lugar de dejar que la naturaleza haga su trabajo, le damos un pequeño impulso con fertilizantes orgánicos? Ya sea que los compres en tiendas, los encuentres en nuestra basura o los elabores en casa, aquí te presentamos 13 «vitaminas naturales» para nutrir y fortalecer nuestras plantas.
Contents
- No necesitas productos químicos para mantener tus plantas en plena forma
- #1 Sangre seca, ¡un abono con efecto instantáneo!
- #2 Cuerno aplastado, para una acción prolongada
- #3 Harina de huesos, para estimular las raíces
- #4 Posos de café, aliados del suelo ácido
- #5 Cáscaras de plátano: un abono para tus rosas
- #6 Cenizas de chimenea, para potenciar tu huerto
- #7 Cáscaras de huevo, vitaminas para tus hierbas
- #8 Hojas de té para oxigenar el suelo
- #9 Agua de cocción, un valioso nutriente para tus plantas
- #10 Agua de acuario, un tesoro de nutrientes
- #11 Estiércol de ortiga, abono y insecticida natural
- #12 Té de compost, múltiples beneficios en un solo líquido
- #13 Estiércol de consuelda, el aliado del jardinero ecológico
No necesitas productos químicos para mantener tus plantas en plena forma
Muchos fertilizantes comerciales no contienen productos químicos. Entre ellos, hay tres vitaminas naturales especialmente ricas en nitrógeno que son perfectas para favorecer el crecimiento de tus plantas.
#1 Sangre seca, ¡un abono con efecto instantáneo!
La sangre seca es un abono nitrogenado de origen animal que puedes utilizar en tus parterres ornamentales, huertos o árboles frutales para estimular su crecimiento. Se destaca por su efecto rápido, ya que favorece el desarrollo de las plantas en tan solo 3 o 4 días, a diferencia de otros abonos más lentos.
Para utilizar correctamente la sangre seca, basta con esparcirla en los parterres, al pie de las hortalizas o en el césped en primavera, y luego extenderla superficialmente con una garra o un rastrillo. ¡Los resultados son inmediatos y garantizados!
#2 Cuerno aplastado, para una acción prolongada
El cuerno de tierra es otro abono rico en nitrógeno que tiene una acción progresiva que suele durar un año. En otoño, mézclalo con la tierra húmeda y planta arbustos y plantas que permanecerán en el lugar durante varios años.
Es bueno saberlo: si estás pensando en cubrir tu césped nuevamente, el cuerno aplastado ayudará a que arraigue correctamente.
#3 Harina de huesos, para estimular las raíces
La harina de huesos es una fuente natural de fósforo y nitrógeno, ideal para estimular el crecimiento de las raíces de tus plantas, especialmente las hortalizas, si deseas obtener una cosecha abundante. En otoño, esparce la harina de huesos en el suelo y cúbrelo ligeramente con tierra antes de plantar. Riega para facilitar la acción del abono y ¡listo!
Consejo: no es necesario excederse con el abono nitrogenado. Un exceso puede provocar un desarrollo excesivo de las hojas, las cuales son frágiles y más susceptibles a enfermedades.
#4 Posos de café, aliados del suelo ácido
Los posos de café son excelentes abonos para las plantas que prefieren suelos ácidos, como helechos, hortensias, tomates y rododendros. Gracias a su alto contenido de nitrógeno, fósforo y potasio, estimulan el crecimiento de las plantas y mejoran la calidad del suelo, aportando energía y nutrientes.
Para utilizarlos correctamente, primero déjalos secar al sol para evitar que se mojen, y luego espárcelos alrededor de las plantas. Mezcla ligeramente con la tierra del jardín usando una azada ligera. ¡El efecto está garantizado!
#5 Cáscaras de plátano: un abono para tus rosas
Las cáscaras de plátano son una gran fuente de vitaminas, almidón, azúcares rápidos, proteínas nitrogenadas y vitaminas A, B y C. No deberías perder la oportunidad de utilizarlas en tu jardín.
Un método consiste en esparcirlas al pie de tus rosales o frutales y raspar ligeramente el suelo para enterrarlas. Si tienes un poco de tiempo, también puedes preparar un abono líquido con cáscaras de plátano. Deja que las cáscaras maceren en agua durante 48 horas, luego filtra y riega tus plantas. ¡Listo!
#6 Cenizas de chimenea, para potenciar tu huerto
Las cenizas de tu chimenea o estufa de leña son beneficiosas para tus verduras y frutos pequeños, siempre que se utilicen con moderación. Después de tamizarlas y guardarlas en bolsas herméticas, esparce las cenizas sobre el mantillo a principios de la primavera y tu huerto recibirá un impulso.
Consejo: si se esparcen en exceso, las cenizas pueden desequilibrar el suelo y dificultar la absorción de minerales y oligoelementos por parte de tus plantas. Úsalas siempre en pequeñas cantidades, aproximadamente dos puñados al año.
#7 Cáscaras de huevo, vitaminas para tus hierbas
Seguramente conozcas las cáscaras de huevo como un excelente repelente de babosas, pero ¿sabías que también son ideales para enriquecer el suelo con calcio, potasio y magnesio y reducir su acidez?
Para utilizarlas en el jardín, simplemente tritúralas y colócalas al pie de las plantas que prefieran suelos calcáreos, como las aromáticas (ajedrea, romero, tomillo o salvia). También puedes desmenuzarlas en el fondo de los hoyos de plantación en primavera, especialmente si vas a cultivar hortalizas con grandes necesidades de calcio, como tomates, coles, zanahorias, remolachas, judías o guisantes.
#8 Hojas de té para oxigenar el suelo
No te apresures a tirar las hojas de té una vez que termines de preparar tu bebida. ¡Recupéralas y utilízalas como un excelente abono natural para tus plantas! Las hojas de té son ricas en nitrógeno, fósforo y potasio, y aumentan el contenido de oxígeno del suelo, favoreciendo la proliferación de lombrices en el jardín.
Puedes dejar las hojas de té en una jarra de agua y utilizarla para regar tus plantas. También puedes colocar las hojas directamente en el fondo de tus macetas o esparcirlas sobre tus plantas verdes, junto con tu abono habitual.
#9 Agua de cocción, un valioso nutriente para tus plantas
El agua de cocción que utilizas al preparar alimentos contiene nutrientes, vitaminas y minerales esenciales para el desarrollo adecuado de tus plantas. Asegúrate de no agregar sal a los alimentos mientras se cocinan, ya que el sodio puede afectar negativamente el crecimiento de las plantas. Nunca viertas agua caliente de cocción sobre tus plantas, ya que podrías quemar sus raíces.
#10 Agua de acuario, un tesoro de nutrientes
No deseches el agua de tus acuarios cuando los limpies. ¡Úsala para regar tus plantas! El agua de acuario está cargada de nutrientes, restos de plantas, heces de peces y pequeñas algas. Es un cóctel rico en calcio, nitrógeno, fósforo y oxígeno, ideal para tus plantas, especialmente las que no florecen mucho.
Consejo: también puedes sumergir esquejes directamente en el agua del acuario para que crezcan mejor.
#11 Estiércol de ortiga, abono y insecticida natural
El estiércol de ortiga es especialmente útil en el huerto para reforzar el crecimiento de hortalizas de hoja, como lechugas, puerros y espinacas. Además, protege las plantas de ciertas enfermedades y actúa como un potente insecticida natural.
La preparación del estiércol de ortiga no es complicada:
- Pica 1 kg de ortigas jóvenes sin semillas y déjalas macerar en 10 litros de agua a una temperatura de aproximadamente 18 °C durante unos 15 días.
- Filtra la mezcla según tu preferencia (más o menos fina) y luego utilízala para regar tus plantas o aplícala con un pulverizador.
Es bueno saberlo: es mejor utilizarlo en primavera, cuando las plantas están en pleno crecimiento, o al final del verano, cuando las plantas acumulan sus reservas de invierno.
#12 Té de compost, múltiples beneficios en un solo líquido
¿Sabías que algunos compostadores ofrecen sistemas para recolectar té de compost, un líquido rico en materia orgánica? Este té puede ser utilizado para regar tus plantas tanto en interiores como en exteriores. Protege las plantas de enfermedades, mejora la estructura del suelo y lo hace menos compacto.
Si no tienes tu propio compostador, no hay de qué preocuparse. Simplemente coloca compost bien descompuesto en una bolsa de lona y remójalo en un cubo de agua de lluvia durante al menos una semana, agitando la mezcla ocasionalmente para airearla.
Consejo: para hacer que la mezcla sea aún más eficaz, puedes agregar extractos de algas, emulsiones de pescado o ácido húmico.
#13 Estiércol de consuelda, el aliado del jardinero ecológico
La consuelda es conocida por sus enormes raíces que extraen nutrientes de las profundidades del suelo. Es especialmente útil como abono, ya que estimula la floración de las plantas, como arbustos de flor, y se puede utilizar con confianza en la base de arbustos de frambuesas, fresas, grosellas negras o rojas.
Si no eres un jardinero experto, no te preocupes. La preparación del purín de consuelda es muy fácil:
- Corta las plantas de consuelda a menos de 5 cm del suelo y córtalas en trozos gruesos.
- Coloca las trozos de consuelda en un recipiente no metálico.
- Añade 10 litros de agua (preferiblemente agua de lluvia) por cada kilo de consuelda y deja que la mezcla macere, removiéndola ocasionalmente.
- El abono líquido está listo para ser utilizado cuando ya no hay burbujas, aproximadamente después de 15 días en verano o 1 mes en invierno.
Para su uso, diluye el purín en una proporción de 1 litro de purín en 10 litros de agua antes de aplicarlo.
Como has podido comprender, para que tus plantas crezcan saludables, muestren hermosas flores y frutos, y no sucumban a enfermedades, a veces necesitan un pequeño impulso. Destierra los abonos químicos que dañan la vida microbiana y empobrecen el suelo, y opta por las vitaminas naturales, que puedes encontrar fácilmente en tiendas o incluso hacer tú mismo. ¡Cuida de tus plantas de manera ecológica!
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