El té de jazmín es una de las mezclas más populares y antiguas en el mundo de las infusiones. Su base, generalmente té verde, se mezcla con flores de jazmín que le aportan su característico aroma. Aunque existen variedades como el té blanco y el té azul, el más clásico y reconocido es el té verde de jazmín.
La tradición del té de jazmín se remonta a la dinastía Song, hace más de mil años. Su consumo se ha extendido debido a su exquisito sabor y agradable aroma. Aunque existen combinaciones de té con flores como el crisantemo, la rosa o el osmanthus, la conjugación del jazmín con el té crea una sinergia única.
Cómo se elabora el té de jazmín
El proceso de preparación del té de jazmín es sencillo pero requiere paciencia, habilidad y experiencia. La versión clásica y más utilizada consiste en la mezcla de té y flores de jazmín, sin la adición de aromas artificiales. Esta técnica es la más extendida en China.
Inicialmente, se produce el té verde de forma tradicional. Una vez listo para consumir, se recogen flores frescas de jazmín y se colocan sobre las hojas de té para que este absorba su aroma. Este método tiene diferentes variaciones, y la calidad del resultado final varía según el experto mezclador.
Por ejemplo, los mejores tés de jazmín se elaboran con las cosechas de primavera y las flores recolectadas en las noches de verano. Durante este período, las flores son más aromáticas y dulces. El proceso de aromatización puede durar una o varias noches, según las preferencias del mezclador. Los tés de mayor calidad suelen tener una menor cantidad de flores de jazmín secas, mientras que los de menor calidad pueden contener más flores para abaratar costos de producción.
Tipos de té de jazmín
Existen dos versiones principales de té de jazmín: los que se elaboran de forma tradicional y los que se aromatizan con fragancias artificiales. Dentro de los clásicos, se encuentran aquellos que combinan té verde u otras variedades con el jazmín común. Estos tés son comunes en restaurantes y tiendas chinas, y suelen ser deliciosos. Una opción popular en esta categoría es el té verde de Jazmín 
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Por otro lado, se encuentran las variedades más exclusivas, donde el aroma del jazmín es más especial. Estos tés se elaboran cuidando cada detalle. Un ejemplo de ello son nuestras Perlas del Dragón Fénix, que combinan las mejores cosechas de primavera y se conservan hasta el verano. 
. Durante esta época del año, el jazmín es especialmente aromático, y las flores se recolectan por las noches para que el té absorba su esencia. Este proceso se repite durante varias noches hasta obtener el resultado deseado, ya sea 5 o 7 noches, dependiendo de cada lote y la mezcla que el maestro mezclador desee ofrecer.
También existe el té de jazmín con las famosas «Flores de té blanco», que son brotes de té blanco cosidos a mano con una o varias flores en su interior. Estas creaciones artísticas buscan resaltar la belleza visual más que el sabor de la flor. 
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Propiedades del té de jazmín
En los últimos tiempos, se ha vinculado al té de jazmín como un poderoso antioxidante capaz de combatir los radicales libres y reducir el riesgo de padecer cáncer. Además, se le atribuyen propiedades relajantes gracias a su efecto calmante, que puede estar relacionado con su aroma reconfortante y característico. También se dice que ayuda a reducir el colesterol y eliminar grasas no saludables, y es beneficioso para los dolores de cabeza. Sin embargo, considero que la mayoría de estas virtudes están relacionadas con el consumo de té en general.
En conclusión, el té de jazmín es una variedad altamente recomendable para todos. Es una bebida que nunca te cansas de disfrutar, ya sea fría o caliente. Su sabor no resulta pesado, y existen opciones económicas, premium y ediciones especiales para satisfacer todos los gustos. No es de extrañar que en China se considere como la bebida nacional.
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